lunes, 3 de noviembre de 2008

La opinión de la iglesia en relación a la trata de personas.

· La dignidad de la persona humana esta hecha a imagen y semejanza de Dios, corresponde al ser humano llegar libremente a esta realización.
· Dios ha creado al hombre racional confiriéndole la dignidad de una persona dotada de la iniciativa y el dominio de sus actos.
· Dios quizo llegar al hombre en manos de su propia decisión de modo que busque a su creador.
· La libertad caracteriza los actos propiamente humanos. Hace al ser humano responsable de los actos del que es autor voluntario.
· El ejercicio de la libertad no implica el pretendido derecho de decir o hacer cualquier cosa.

Es importante reconocer que la explotación sexual, la prostitución y el tráfico de seres humanos son actos de violencia contra las mujeres y, en cuanto tales, constituyen una ofensa a la dignidad de la mujer y son una grave violación de los derechos humanos fundamentales.

La Iglesia tiene la responsabilidad pastoral de promover la dignidad humana de las personas explotadas mediante la prostitución, y de abogar por su liberación y porque reciban un apoyo económico, educativo y formativo. La Iglesia debe asumir la defensa de los legítimos derechos de las mujeres.Además, para responder a las necesidades pastorales de las mujeres de la calle, la Iglesia debe denunciar proféticamente las injusticias y la violencia perpetradas contra las mujeres, dondequiera que sea y en cualquier circunstancia que se presente. La Iglesia debe invitar también a los hombres y mujeres de buena voluntad a comprometerse a sostener la dignidad humana, eliminando la explotación sexual de las mujeres. Lo hace ofreciendo una gran variedad de servicios, mediante grupos de ayuda social, centros de consulta, lugares de acogida y casas seguras, así como con programas de formación e instrucción para las mujeres de la calle. Los miembros de las órdenes contemplativas manifiestan su solidaridad sosteniéndolas con la oración y, cuando es posible, con la asistencia económica. Los programas de formación para los agentes de pastoral son necesarios para desarrollar técnicas y estrategias con el objeto de luchar contra la prostitución y el tráfico. Son maneras importantes de comprometer a los sacerdotes, los religiosos, las religiosas y los laicos en la prevención y reintegración de las víctimas.

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