Yolanda Vázquez tiene 46 años, tuvo seis hijos, y lleva 20 años buscando a tres de ellos. Tenían 2, 3 años y 7 meses cuando vivían en una situación de extrema pobreza y los vecinos los denunciaron. A Yolanda y al bebe los internaron por desnutrición. A los otros dos chicos los llevaron a un hogar de monjas. Cuando salio del hospital le dijeron que los habían adoptado; ella no firmo ningún papel. “Me prometieron que me los devolverían en dos años”.
En la justicia de Menores de Santiago del Estero consta que Miguel Ángel y Noemí Susana fueron entregados en adopción plena a una familia en Lomas de Zamora. De Juan Nicolás le contaron que murió por su desnutrición. Ella asegura que no firmo los papeles para entregar a dos de ellos, requisito indispensable para el trámite de adopción, y que le dijeron que el más chico no está muerto; no tiene tumba para llevarle flores a su hijo. Sus otros hijos no sabrán nunca cuál es su verdadera identidad, un derecho que
Yolanda vive en una casa de ladrillo con un pozo de agua desmoronado a mitad de su patio en el pueblo de Añatuya, a casi